- Department of Neurosurgery, Hospital Nacional Guillermo Almenara Irigoyen, Avenida Grau 800, Lima, Peru.
DOI:10.25259/SNI_255_2020
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How to cite this URL: Jose Daniel Flores-Sanchez, Giancarlo Saal, Jorge Zumaeta, Fernando Palacios, Rodolfo Rodriguez, Celia Molina. Comparación del tratamiento quirúrgico y endovascular de aneurismas del segmento comunicante posterior. 21-Aug-2020;11:. Available from: https://surgicalneurologyint.com/surgicalint-articles/10217/
Abstract
Antecedentes: Los aneurismas del segmento comunicante posterior representan aproximadamente 25% de todos los aneurismas intracraneales, y el 50% de los aneurismas de la arteria carótida interna. El objetivo fue evaluar la eficacia del tratamiento quirúrgico y endovascular en el manejo de aneurismas de esta localización.
Métodos: Estudio comparativo retrospectivo. Se revisó las historias clínicas de pacientes con aneurisma del segmento comunicante posterior que ingresaron al departamento de Neurocirugía del Hospital Nacional Guillermo Almenara durante el periodo 2010–2017. Se comparó estancia hospitalaria, complicaciones, mortalidad y estado funcional a los 12 meses, en relación al tratamiento recibido, microquirúrgico o endovascular.
Resultados: Se evaluaron 256 pacientes, 111 (43.36%) recibieron tratamiento quirúrgico, y 145 (56.64%) endovascular. En el caso de aneurismas rotos, el estado de independencia funcional fue alcanzado por 68 (66.7%) y 69 (70.4%) pacientes que recibieron tratamiento quirúrgico y endovascular, respectivamente (OR: 0.84, IC 95%: 0.46–1.53; P = 0.505). Se presentaron complicaciones neurológicas en 37 (36,3%) y 34 (34.7%) pacientes sometidos a tratamiento microquirúrgico y endovascular, respectivamente (OR: 1.07, IC 95%: 0.60–1.91; P = 0.912). La estancia hospitalaria promedio fue 19.55 ± 13.85 y 14.06 ± 14.97 días, para pacientes con tratamiento quirúrgico y endovascular, respectivamente (P P = 0.904).
Conclusión: No existe diferencia significativa respecto al resultado funcional a los 12 meses, complicaciones y mortalidad entre ambos tipos de tratamiento en el caso de aneurismas rotos. Los pacientes sometidos a terapia endovascular tuvieron de forma significativa menor estancia hospitalaria.
Keywords: Palabras Clave: Aneurisma intracraneal, Tratamiento microquirúrgico, Terapia endovascular, Hemorragia subaracnoidea
INTRODUCCIÓN
Los aneurismas del segmento comunicante posterior de la arteria carótida interna son de localización muy frecuente, ocupan el segundo lugar en frecuencia general (25% de todos los aneurismas intracraneales), y representan aproximadamente el 50% de todos los aneurismas de la arteria carótida interna.[
Se han realizado múltiples estudios retrospectivos y prospectivos que comparan la eficacia del tratamiento quirúrgico y endovascular de los aneurismas intracraneales, sin embargo, en nuestro medio no existe hasta la fecha publicaciones que describan y comparen ambas alternativas de tratamiento. El presente estudio retrospectivo de más de 7 años, tiene como finalidad ser el punto de partida para trabajos que evalúen el resultado funcional y eficacia de ambos tratamientos. Fue realizado en un solo centro de referencia nacional de enfermedades cerebrovasculares del Perú, y se orientó a evaluar el tratamiento de aneurismas del segmento comunicante posterior de la arteria carótida interna, ya que al ser el de mayor prevalencia en nuestro medio[
MATERIAL Y MÉTODOS
Diseño de investigación
Estudio longitudinal retrospectivo, observacional y analítico. Se revisó los datos de las historias clínicas e informes operatorios, de todos los pacientes con diagnóstico de aneurisma del segmento comunicante posterior de la arteria carótida interna, roto y no roto, que fueron sometidos a tratamiento microquirúrgico o endovascular, durante el periodo Enero 2010 – Diciembre 2017, del departamento de Neurocirugía del Hospital Nacional Guillermo Almenara Irigoyen. En nuestro hospital, el tratamiento de aneurismas cerebrales se lleva a cabo por dos servicios: neurocirugía vascular (clipaje), y neurocirugía endovascular (embolización). Los turnos de guardia en emergencia se reparten aleatoriamente entre neurocirujanos de ambas especialidades. Durante el periodo de estudio, para los pacientes con aneurismas del segmento comunicante posterior, el tipo de tratamiento dependió de la especialidad del neurocirujano que recibió al paciente en emergencia. Ambos servicios se encuentran en la capacidad de tratar cualquier aneurisma de esta localización, a excepción de los gigantes (no hubo casos en nuestro estudio), independientemente del estado clínico del paciente. Fueron excluidos del estudio aquellos pacientes con malformación arteriovenosa cerebral rota o hemorragia subaracnoidea por aneurisma de otra localización, y los pacientes con enfermedad terminal o puntuación en la escala de Karnofsky menor a 80 previo a ruptura.
Variables de estudio
En todos los pacientes se analizaron las variables edad, sexo, antecedentes médicos (hipertensión arterial, diabetes mellitus, cáncer, tabaquismo), estado de ruptura, estancia hospitalaria, mortalidad, estado funcional a los 12 meses (evaluado con la escala de ranking modificada:[
Se evaluó por separado los pacientes con aneurisma roto y no roto. En ambos grupos se comparó la estancia hospitalaria, complicaciones, mortalidad y los resultados de la escala de Ranking modificada a los 12 meses en relación con el tratamiento recibido. En el grupo de pacientes con aneurisma roto, se comparó adicionalmente el estado clínico al ingreso y escala de Fisher, en relación con la puntuación de ranking modificada[
Análisis estadístico
Se realizó un análisis descriptivo de la información a través de frecuencias, porcentajes y medidas resumen. Las diferencias entre grupos de pacientes respecto a una característica cuantitativa se evaluaron con el test T para grupos independientes (previa evaluación de normalidad). La asociación entre dos características cualitativas se evaluó con la prueba Chi-cuadrado, con corrección de Yates según correspondía. Un valor P < 0.05 se consideró para una diferencia o asociación estadística significativa. Se consideró un Odds Ratio con intervalo de confianza al 95%.
Aspectos éticos
Por tratarse de un estudio observacional no experimental, no se consideró el consentimiento informado. Se mantuvo la seguridad de la intimidad de los datos obtenidos y el permiso correspondiente de la institución para la recolección de información.
RESULTADOS
Entre Enero de 2010 y Diciembre de 2017 se trataron 784 pacientes con aneurismas cerebrales de la circulación anterior, de los cuales 302 (38.52%) tuvieron co
mo localización el segmento comunicante posterior de la arteria carótida interna. De éstos últimos, solo 256 cumplieron los criterios de inclusión para el estudio y de este grupo, 111 (43.36%) fueron sometidos a tratamiento quirúrgico y 145 (56.64%) a manejo endovascular. En el subgrupo de pacientes intervenidos quirúrgicamente, 102 casos fueron aneurismas rotos y 9 fueron no rotos. En aquellos pacientes que recibieron tratamiento endovascular, 98 tuvieron aneurismas con ruptura y 47 casos fueron no rotos [
No se hallaron diferencias significativas entre los grupos de tratamiento al evaluar las variables edad, sexo, antecedentes, localización y estado clínico al ingreso. Ambos grupos fueron homogéneos tomando en cuenta estas características de base [
El promedio de tiempo desde la fecha de sangrado hasta la intervención fue de 10.74 ± 12.42 días en los pacientes intervenidos por medio de clipaje microquirúrgico, y 15.29 ± 15.04 días en los que recibieron tratamiento endovascular, sin embargo, el tiempo transcurrido desde el ingreso hospitalario hasta la intervención fue de 5.01 ± 7.02 y 3.37 ± 4.06 para los pacientes que recibieron tratamiento quirúrgico y endovascular respectivamente [
La relación entre las escalas de Fisher y WFNS, con el estado funcional a los doce meses (escala de Rankin modificada) en pacientes con aneurismas rotos, independientemente del tratamiento realizado, se muestra en la [
En la [
La estancia hospitalaria sí tuvo diferencia significativa al comparar ambos tratamientos recibidos. El promedio de días de hospitalización fue 19.55 ± 13.85 y 14.06 ± 14.97, para los pacientes con aneurisma roto que recibieron tratamiento quirúrgico y endovascular, respectivamente (P = 0.008) [
En cuanro a la evaluación de la mortalidad de pacientes con aneurisma roto, 12 (11.8%) fallecieron en el grupo que se trató por medio de clipaje y 11 (11.2%) en el grupo endovascular. No se encontró una asociación estadísticamente significativa (OR: 1.05, IC 95%: 0.44–2.52; P = 0.904). En pacientes con aneurisma no roto, hubo dos fallecidos (4.3%) en el grupo que recibió tratamiento endovascular; no hubo pacientes fallecidos en los que recibieron tratamiento quirúrgico. En este caso no fue posible una evaluación estadística [
DISCUSIÓN
Los principales objetivos del estudio fueron la evaluación del estado funcional a los 12 meses luego de la intervención, complicaciones neurológicas, estancia hospitalaria y mortalidad según el tipo de tratamiento recibido, sea quirúrgico o endovascular. Nuestro estudio no encontró diferencias estadísticamente significativas al evaluar el resultado funcional y las complicaciones neurológicas en pacientes con aneurismas rotos. A pesar que el grupo endovascular presentó un ligero predominio de pacientes con puntuación de la escala de Rankin modificada ≤2, al ser comparado con el grupo de pacientes que recibieron tratamiento quirúrgico (70.4% frente a 66.7%), ninguno de los tratamientos fue superior en alcanzar un estado funcional independiente a los 12 meses (OR: 0.84, IC 95%: 0.46–1.53; P = 0.505). Koivisto et al.[
Después del año 2000, dos estudios randomizados prospectivos importantes han evaluado la eficacia del tratamiento quirúrgico y endovascular de aneurismas intracraneales rotos, utilizando como técnica principal en microcirugía el clipaje de aneurismas, y la utilización de coils en el manejo endovascular. Molyneux et al.[
Respecto a la relación entre el estado clínico al ingreso de pacientes con hemorragia subaracnoidea por aneurisma roto del segmento comunicante posterior y el resultado funcional a los 12 meses, tenemos datos similares a los encontrados por van Heuven et al.[
Nuestro estudio tampoco demostró diferencia significativa entre el tratamiento quirúrgico y endovascular al evaluar las complicaciones neurológicas posteriores al tratamiento. Li et al.,[
El tratamiento endovascular presentó superioridad estadísticamente significativa frente el tratamiento quirúrgico al comparar la estancia hospitalaria en pacientes con aneurismas rotos del territorio comunicante posterior, con una media de 14.06 frente a 19.55 días (P = 0.008). En nuestro estudio no encontramos diferencia significativa al comparar las complicaciones neurológicas (hemorragia, isquemia, hidrocefalia temprana y tardía), las cuales podrían explicar un aumento en la estancia hospitalaria para algún subgrupo de pacientes. Sin embargo, a pesar que no fueron parámetros evaluados en nuestra investigación, las comorbilidades asociadas a la cirugía y otras complicaciones médicas son factores que se han relacionado al aumento de la estancia hospitalaria y son variables que requieren ser evaluadas en los próximos trabajos de estudio de nuestros pacientes. Adicionalmente, a diferencia de los pacientes embolizados, los cuales tienen un estudio angiográfico durante y despues del procedimiento, los pacientes sometidos a clipaje tuvieron un control angiográfico posterior a la cirugía, que en algunos casos, se realizó una vez que salieron de la unidad de cuidados intensivos y condicionó el momento del alta. Resultados de estancia hospitalaria similares a los nuestros han sido reportados por otros autores como Lindgren et al.,[
Por otro lado, la mortalidad de los pacientes con aneurisma roto del segmento comunicante posterior no presentó diferencia significativa entre los que recibieron tratamiento quirúrgico y endovascular (11.8 frente a 11.2%; OR: 1.05, IC 95%: 0.44–2.52; P = 0.904). Li et al.,[
Respecto a las variables descriptivas evaluadas durante el periodo de estudio, 38.52% de pacientes con aneurismas intracraneales tratados en nuestra institución tuvieron como localizaron el segmento comunicante posterior de la arteria carótida interna. Este dato concuerda con lo reportado por Rocca et al.,[
Dentro de las características demográficas, la mayoría de pacientes fueron de sexo femenino (predominando sobre el 70% del total en ambos grupos), y con edad promedio entre 54 y 57 años. Estos datos son similares a los encontrados en el ISUIA, y por Vlak et al.[
Por último, un hallazgo interesante en nuestro estudio fue encontrar una gran diferencia entre la media del tiempo transcurrido desde el día de ruptura del aneurisma hasta la intervención (10.74 y 15.29 días para pacientes intervenidos con clipaje y terapia endovascular, respectivamente), y desde el ingreso hospitalario hasta la intervención (5.01 y 3.37 días en pacientes intervenidos quirúrgicamente y con terapia endovascular, respectivamente). Esto es debido a que nuestro hospital es un centro de referencia nacional, donde llegan pacientes de gran parte del norte y centro del Perú[
CONCLUSIÓN
El presente trabajo es el primer estudio en nuestro medio que compara los resultados clínicos, pronóstico funcional y complicaciones, del tratamiento endovascular frente al quirúrgico en pacientes con aneurismas intracraneales, específicamente del segmento comunicante posterior. En nuestros resultados no encontramos diferencia significativa respecto al resultado funcional a los 12 meses, complicaciones neurológicas y mortalidad entre ambos tipos de tratamiento en el caso de aneurismas rotos. Sin embargo se demostró de forma significativa menor estancia hospitalaria en los pacientes con aneurisma roto que fueron sometidos a tratamiento endovascular.
Limitaciones
Estudio retrospectivo, que dificultó la recopilación de datos adicionales, como el estado del porcentaje de obliteración aneurismática en el transcurso del tiempo y la evolución del déficit del III nervio craneal que se asocia con frecuencia a aneurismas de esta localización. Ambos datos no se encontraron uniformemente descritos en todas las historias clínicas, por lo que no se tomó en cuenta en este trabajo. Es importante precisar que hace falta realizar estudios prospectivos que analicen estas variables, y que evalúen a los pacientes por grupo según la localización del aneurisma, sea de la circulacion anterior o posterior.
Declaration of patient consent
Patient’s consent not required as patients identity is not disclosed or compromised.
Financial support and sponsorship
Publication of this article was made possible by the James I. and Carolyn R. Ausman Educational Foundation.
Conflicto de interés
Ninguno para declarar.
COMENTARIO
Este trabajo, en donde se comparara el tratamiento quirúrgico versus el endovascular para la oclusión de los aneurismas de comunicante posterior, revisa 256 pacientes, con muestras similares en número, tratados por ambas técnicas, si bien se trata de un estudio retrospectivo en donde no se especifica el método de selección para una u otra técnica tiene un valor importante, ya que se detalla que la evolución clínica de ambos grupos no presentó diferencias significativas. Otros trabajos randomizados han demostrado también similares resultados al año de tratamiento.[ 1 ]
Existen dos aspectos que me gustaría agregar a el excelente análisis realizado en este trabajo, el primero es el costo de cada uno de los procedimientos, en donde algunos trabajos han demostrado menores valores en el tratamiento microquirúrgico, en especial por el alto costo de los implantes endovasculares,[ 2 ] este aspecto resulta importante cuando los recursos son escasos, algo frecuente en Latinoamerica.
El segundo punto es la afección del tercer par, frecuente en este tipo de aneurismas, y su evolución después del tratamiento con microcirugía vs embolización, algunas publicaciones muestran una mejor evolución con las técnicas abiertas.[ 3 ]
Finalmente este excelente trabajo nos demuestra que el neurocirujano moderno debe dominar ambas técnicas.
Pablo M. Ajler
Jefe de Cirugía de Base de Cráneo. Hospital Italiano de Buenos Aires
COMENTARIO
En el presente estudio Flores-Sánchez et al., presentan un importante grupo de pacientes portadores de aneurismas del segmento comunicante posterior, ya sea rotos y no rotos, tratados en un único Centro Neuroquirúrgico de referencia, en Lima, Perú, por vía microquirúrgico o endovascular.
El trabajo es retrospectivo, analizando variables que se pudieron recabar, como el resultado funcional, complicaciones neurológicas, mortalidad y estancia hospitalaria. Otras variables importantes, como el grado de oclusión aneurismática, así como el resultado funcional del déficit III par,[ 2 - 4 ] en los pacientes que lo tuvieron, no fueron analizadas por limitaciones en recolectar esta información. En relación a esto último, no se aclara que casos con aneurismas no rotos fueron sintomáticos, y cuales puramente incidentales.
Es muy interesante el hecho de que este Centro Neuroquirúrgico posee subespecialistas en ambas técnicas, y el tratamiento dependió del neurocirujano presente, lo que, de alguna forma, “aleatoriza” la selección del procedimiento.
El resultado funcional no difiere mayormente de otros estudios similares[ 1 , 2 , 4 ] (según mRS), siendo similar en ambos grupos. Lo mismo pasa con las complicaciones neurológicas (solo descriptas con este término) y la mortalidad. Aunque en este último es de notar que los 2 casos de mortalidad en aneurismas no accidentados, correspondieron al grupo endovascular (sin posibilidad de evaluación estadística).
Otra fortaleza del estudio es que los pacientes fueron referidos a un único Centro, con la dificultad accesoria de la demora en completar el tratamiento, dadas las implicancias geográficas y logísticas de derivación.
Una limitación importante de este trabajo es, en mi opinión, el hecho de agrupar pacientes con aneurismas rotos y no rotos. A pesar de que se separaron y se analizaron como dos grupos, hay ítems, como complicaciones neurológicas por ejemplo, que difieren claramente en etiología (HSA en los rotos y complicaciones asociadas al procedimiento en los no rotos). De todos modos es de remarcar el esfuerzo realizado por los autores para graficar estas diferencias. Como es conocido, la mayoría de los trabajos publicados se refiere a uno u otro grupo.[ 2 ]
Además, en el caso de los aneurismas no rotos, hay un evidente mayor porcentaje tratado con terapia endovascular (18.36% vs. 3.52%), y, debido a la evidencia actual que muestra mejor resultado anatómico con clipado quirúrgico en ésta y otras topografías,[ 2 ] queda manifiesto que la imposibilidad de analizar esta variable cobra relevancia.
En resumen, es de remarcar la importancia de publicar estas series comparativas de ambas técnicas, para evaluar resultados, pero, en mi visión, es importante tratar de subdividir adecuadamente los subgrupos (aneurismas rotos y no rotos), y analizando, en la medida de lo posible, elementos relevantes como el grado de oclusión aneurismática (limitación aclarada por los autores).
Fernando García Colmena
Clínica Privada Vélez Sarsfield, Córdoba.
COMENTARIO
El autor analiza su casuística institucional de aneurismas del segmento comunicante posterior, evaluando y comparando el tratamiento quirúrgico vs el tratamiento endovascular en cuanto a estadía hospitalaria, complicaciones y estado funcional a los 12 meses. No encontrando diferencia estadística en cuanto a estado funcional o complicaciones, y si en cuanto a estadía hospitalaria (menor en el tratamiento endovascular de aneurismas rotos).
En cuanto al diseño del estudio, la indicación de la modalidad de tratamiento no es aleatorizada, refiriendo el autor que la misma depende de la disponibilidad terapéutica por guardia, sin embargo, posteriormente refiere una demora al tratamiento variable luego del ingreso a su institución, no aclarando el motivo de dicha demora y los criterios de distribución de pacientes en cuanto al ulterior tratamiento.
En cuanto a los criterios de exclusión no se consideraron en este estudio aquellos con enfermedad terminal o puntaje en escala de Karnofsky menor a 80 previo a la hemorragia, no aclarando si los mismos fueron sometidos o no a tratamiento del aneurisma.
El autor refiere mayor proporción de grados I y II en la escala WFNS (HSA de buen grado) en el grupo endovascular, no discriminando si dicha diferencia en la muestra pudo o no afectar en cuanto al tiempo de internación.
En cuanto al tiempo de demora al tratamiento de 5.01 y 3.37 días de media para el grupo quirúrgico y endovascular respectivamente, no se especifica si este tiempo fue incluido al momento de determinar la estancia hospitalaria, pudiendo la misma alterar el análisis estadístico y conclusión. A su vez el autor refiere que uno de los posibles retrasos al alta en el grupo quirúrgico es la demora a la angiografía control, pudiendo lo mismo ser otra variable que pudiera sesgar el análisis y la conclusión.
Por último, dentro de las limitaciones del estudio, no se objetiva la tasa de oclusión en ambos grupos de tratamiento. Creo que este es un punto clave a tener en cuenta al comparar ambas modalidades terapéuticas.
Se destaca la importancia de realizar el análisis de la experiencia hospitalaria en el tratamiento de la patología vascular cerebral en Latinoamérica con el fin de documentar resultados y compararlos con la bibliografía internacional.
Pablo Rubino Federico Gallardo
Hospital de Alta Complijidad El Cruce. Florencia Varela, Prov. de Buenos Aires
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